
La ciencia ya sabe en qué región del cerebro se manifiesta el amor
"El amor es una experiencia que involucra masivamente los sistemas cerebrales de recompensa. En los últimos años, a través de estudios con resonancia magnética funcional, se observó que cuando las personas estudiadas veían fotos de sus seres amados se activaban áreas que pertenecían al sistema de recompensa cerebral, que contiene una alta densidad de receptores para las hormonas oxitocina y vasopresina", comenta Facundo Manes, neurobiólogo, director de los institutos de Neurología Cognitiva y de Neurociencias de la Fundación Favaloro (ver Infografía).
En esos estudios, hechos a través de resonancias magnéticas funcionales, se tomó grupos de voluntarios y se les mostró las fotos de su ser amado. Así observaron qué regiones de sus cerebros se veían más activas y cuáles no.
"Hay trabajos como los del neurobiólogo británico Semir Zeki que identificaron la activación de áreas cerebrales que parecen específicas para ese sentimiento. Zeki, en relación al amor romántico, habló de una activación de la corteza cingulada anterior, de la corteza prefrontal derecha y la corteza temporal de los dos hemisferios", confirma —vía e-mail— a Clarín Franciso Mora Teruel, científico de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro "Los laberintos del placer en el cerebro humano".
Se descubrió, agrega Golombek, que neurotransmisores como la dopamina y la serotonina están relacionados con las emociones románticas, así como las hormonas oxitocina o vasopresina tienen que ver con la fidelidad y las ganas de quedarse con alguien. Pero eso sería otra nota.